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Dos goles en trece minutos. El Sevilla comenzó arollando al Deportivo en la Copa. Despojado de la presión de la Liga, el equipo andaluz recuperó la alegría en Riazor. Enfrente, el equipo de Joaquín Caparrós, taciturno, parecía abocado a una catástrofe desde los primeros 30 segundos. Ese fue el tiempo que tardó el Sevilla en llegar a la portería de Munúa. Forzó un córner, segundos después otro y no dejó de atacar en los primeros 45 minutos.

El Sevilla se divertía, todo el juego pasaba por sus pies, y el Deportivo se atrincheraba en su campo. Kanouté, recuperado de su lesión de pubis, Adriano y Kerzhakov agobiaba al equipo de Caparrós.

El primero consiguió marcar en el minuto 11 tras un pase del ruso Kerzhakov. El Sevilla lo celebró con otro gol, dos minutos después, obra de Navas- el mejor jugador junto a Alves en la primera parte del encuentro-. El Deportivo, noqueado, tardó en reaccionar. Ningún jugador, salvo Adrián, conseguía levantar el ánimo.

Los jugadores del Sevilla, mientras, seguían dibujando contragolpes de libro aunque no atinaban en los últimos metros. Una y otra vez Alves dejaba plantada a toda la banda gallega. Aunque los jugadores de Caparrós no abandonaron el encuentro pese a la exhibición del rival y reaccionaron, sin mucho ruido, en los últimos minutos de la primera mitad.

Taborda, la solución

La primera parte terminó con la ventaja de equipo de Juande Ramos y con su juego alegre y despreocupado. No se arreglaron las cosas en los primeros minutos de la segunda mitad para Caparrós. La salida de de Guzmán y Sergio por Juan Rodríguez y Arizmendi, desaparecido en la primera mitad, dio más protagonismo a Taborda que intentó sorprender sin éxito a Cobeño, sustituto de Palop.

Taborda tuvo su mejor oportunidad en el minuto 80 aunque Cobeño realizó una estirada excepcional. A partir de ese momento el Deportivo no cesó de atacar. Algo que había dejado de hacer el Sevilla, que parecía conformarse con el resultado.

El equipo de Juande Ramos recuperó el juego pesado de la Liga y lo pasó fatal en los últimos minutos. Unos minutos en los que el Deportivo se contagió de la fuerza de Sergio y de De Guzmán aunque ni éstos ni Taborda consiguieron marcar.

Caparrós parecía que empezaba a respirar pues la catástrofe que se avecinaba tras una primera mitad parecía que iba a terminar con dos goles en contra que se podían remontar en el partido de vuelta. La alegría le duró poco al técnico. Un penalti pitado en el descuento tras una mano dudosa de Andrade dio al traste con la fe en la remontada. Luis Fabiano marcó y el Deportivo se despidió, salvo milagro, de la eliminatoria.
 

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