Cuando un equipo hace historia, todo el mundo recita de memoria su once de gala. Del Real Madrid de las cinco Copas de Europa seguidas nos quedamos con su delantera mítica de Kopa, Rial, Di Stéfano, Puskas y Gento con algunas variaciones. También son muy recordados los cinco magníficos del Zaragoza (Canario, Santos, Marcelino, Villa y Lapetra) o el once de gala del mítico SuperDepor de los años 90 (Lia Rekarte, Voro, Djukic, Ribera, Nando; Aldana, Mauro, Fran; Claudio y Bebeto) Hasta hace nada, el sevillismo sólo tenía como referente su delantera stuka: López, Pepillo, Berrocal, Raimundo y Campanal). Pero con el actual conjunto de Juande Ramos nos encontramos con un fenómeno nuevo. No podemos recitar de carrerilla un once. Es un equipo con 20 titulares. De tal suerte que podemos formar dos alineaciones diferentes y ninguna de ellas sería la titular ni la segunda, la suplente. Es el secreto de este equipazo.

En Glasgow jugaron Palop; Alves, Javi Navarro, Dragutinovic, Puerta; Martí, Maresca, Poulsen, Adriano; Kanouté y Luis Fabiano. Pero el equipo teóricamente 'suplente' que Juande podría poner el próximo domingo en Riazor contra el Deportivo, con la Liga en juego, no tiene ningún desperdicio. Cobe Hinkel, Escudé, Aitor Ocio, David; Jesús Navas, Renato, Maresca (éste repetiría porque fue sustituido en el descanso) Duda; Chevantón y Kerzhakov. Sin olvidarnos de los Alfaro, Capel y compañía. No es un 'equipo B'. Son dos equipos A. Y eso es lo que está sosteniendo a este Sevilla a tope de posibilidades en tres competiciones duras, exigentes y terroríficas. Del Nido dice que tiene la mejor plantilla de Primera. Puede que no le falte razón. Y ahora, tras haberse quitado el 'peso' de la UEFA, ¡bendito peso! va a ir a saco a por la Liga, el auténtico sueño y obsesión desde hace 61 años de la fiel hinchada nervionense que ahora disfruta como nunca.
Carlos Cariño