”Al filo del mediodía del 14 de Octubre de 1905, José Luís Gallegos comunicó a los presentes la aprobación de los estatutos del Sevilla Foot-ball Club, todos prorrumpieron en una emotiva ovación. La entidad estaba abierta a todos los ciudadanos sin distinción de clase social, religión e ideologías (…)”

LA HISTORIA MARCARA ESTE AÑO COMO EL I AÑO D.C (DESPUES DEL CENTENARIO)



ARTICULOS RECOGIDOS EN EL AÑO DEL CENTENARIO SEVILLISTA.

El Sevilla cumple 100 años 14.10.2005

Por la memoria de todos los sevillistas desfilarán en el día de hoy millones de imágenes: los saltos de Guillermo Eizaguirre, los vuelos sin motor de Busto, la finura de Kinké, la fortaleza de Pepe Brand, el terror que infundía la ‘delantera del miedo’, las goleadas de los ‘stukas’, la primera Copa en el 35, la Liga del 46, el gol de Araujo al Barcelona, el imponente físico de Marcelo Campanal, la maestría de Ramón Encinas, el talento de Sánchez Pizjuán, el exotismo de Biri Biri, la autenticidad de Manolo Cardo, el sentimiento de Pablo Blanco, la insultante calidad de Pintinho, la clase de Francisco, los trallazos de Scotta, el duende de Montero, las galopadas de Bertoni, los goles de Polster, las eternas suspensiones en el aire de Zamorano, la picardía de Ramón, la estrella de Suker, los ojos encendidos de Simeone, la ilusión de Maradona, el carácter de Bilardo, la sangre roja de Caparrós, la rectitud de Alés, la velocidad de Reyes, la bestialidad de Baptista, la fiereza tranquila de Sergio Ramos...

El Sevilla cumple hoy sus primeros cien años de historia y todos son recuerdos. Unos pocos mirarán de reojo para ver a una panda de iluminados corriendo detrás de algo esférico en el campo del Prado; muchos otros girarán la cabeza para cantar y gritar los éxitos en el Viejo Nervión y todos sacarán la cabeza por la ventana y mirarán hacia Eduardo Dato para seguir dejándose la voz en el Sánchez Pizjuán.

El Sevilla cumple hoy cien años y lo hace con muy buena salud, después de alguna que otra travesía borrascosa. Ocupa el octavo lugar del fútbol español y en su palmarés figuran una Liga (45/46) y tres Copas (35, 39 y 48). Pero, sobre todo, lo hace mirando con optimismo al futuro sobre la base de un proyecto económico muy estable. Se trabaja ya en la remodelación del Sánchez Pizjuán y en el nacimiento de una nueva ciudad deportiva. Lo único que falta es que todo este trabajo se vea coronado con un título, algo que el propio Del Nido aseguraba ayer que se trata de “una deuda histórica”.

El Sevilla cumple hoy cien años y la ciudad se ha engalanado con 37.000 banderas rojiblancas para conmemorarlo. Han cambiado muchas cosas desde el 14 de octubre de 1905, pero el sentimiento sigue igual, intacto.


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Asistí a mi primera final de Copa en 1948. La ganó el Sevilla y como es lógico dejó huella en el niño que yo era. Los Busto, Antúnez, Alconero, Arza y Doménech estuvieron entre mis primeros iconos futbolísticos. Mucho después supe de la 'delantera del miedo', en la que Escobar, Kinké, León, Spencer y Brand llamaban la atención con un fútbol distinto, alegre, de pase corto y regate largo. La que no pudo jugar la final de Copa en 1921 por la aplicación de un estricto reglamento aunque en Madrid derrotase brillantemente a los bilbaínos. Después, el equipo del joven Guillermo Eizaguirre, de Sedeño, Gabriel, Roldán... tuvo que jugar tres partidos con el Racing sin obtener el acceso a Primera el año que se creó la Liga.

Fue el primer campeón de Segunda (1928-29) y tampoco tuvo el premio del ascenso. Por fin lo conseguiría en 1934 y además aportó a la Selección a Fede y Campanal, que en Italia asistieron al despojo que nos hicieron los anfitriones en el Mundial. Un año después el Sevilla se proclamaría Campeón de España con un equipo joven presagio de mayores hazañas. De aquel embrión nació el Sevilla de la postguerra, campeón de la Copa del Generalísimo en 1939, el de la delantera stuka, con los once goles al Barça, siempre entre los mejores en la década de los cuarenta. Campeón de Liga en 1946 y de Copa en 1948. Inolvidables Joaquín con el pañuelo en la cabeza, el arte y lucha de Mateo, la primera juventud del niño Busto entre los palos, la potencia de Alconero, la ciencia goleadora de Arza, el empuje de Araujo, la clase de Doménech... Un Sevilla imperial.

Algunos todavía coincidieron con el de Helenio Herrera, el del subcampeonato de copa en 1955 y de liga en 1957 y los primeros triunfos en Copa de Europa ante el Benfica y los daneses del Aarhus.

Y la inauguración del Nuevo Nervión gracias a los desvelos de Ramón Sánchez-Pizjuán. Los recuerdos se agolpan en mi memoria y veo a Guillamón, Campanal y Valero; a Manolito Ruiz Sosa y Achúcarro; a Lora, Álvarez, Isabelo, Jiménez... hasta llegar a los Reyes, Ramos y Navas.