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la cantera nervionense que tan buenos frutos ha deparado en el último lustro: Reyes, Jesús Navas, Sergio Ramos, Puerta, Kepa, Diego Capel, Alfaro o Crespo son algunos de los frutos de un trabajo que empieza desde muy abajo.

La idea que está imperando en la secretaría técnica es, además de promocionar lo que hay en la casa, fichar jugadores de futuro de cualquier parte del mundo. En este sentido, Monchi, Víctor Orta y compañía se están fijando en Argentina. Ya en diciembre llegaba Fede Fazio, un central de gran envergadura que ahora es el capitán de la selección argentina que aspira a ganar el Mundial sub 20. Y ahora llegan tres más: Diego Perotti, media punta que puede jugar también en la derecha, del Deportivo Morón, Armenteros, carrilero izquierdo de Independiente de Avellaneda y campeón del Mundo sub 20 en 2005, con aquel conjunto liderado por Messi, y finalmente, el más sonado, Lucas Trecarichi.
La historia de Lucas, de a penas 16 años, es de vértigo. A los seis años, cuando jugaba en su barrio tirando caños y haciendo regates de ensueños a sus rivales, un ojeador de River le echó el ojo. En poco tiempo el niño comenzó a dar la nota. Daba pasos de gigantes y su precocidad le acercaba a la reserva millonaria, lo que en España es el filial, con tan sólo 13 primaveras. River tenía un cañón en las manos que no supo manejar. Boca, aprovechando la afición xeneize del chico, lo quería, el Barça le había puesto el ojo encima. Y en esto apareció el Leganés, que le ofreció un contrato de ocho años, un puesto de trabajo a su padre y un piso para toda su familia. Ése fue el comienzo de una historia que corre más que el viento.

En el Leganés Trecarichi lo único que ha hecho ha sido crecer. A pesar de que no ha jugado con el primer equipo salvo en ocasiones puntuales, sí que entrenaba con los mayores y sus condiciones, evidentemente, no han pasado inadvertidas para nadie. El Arsenal hace poco estuvo cerca de ficharlo, Madrid y Atlético lo tenían en su agenda. Y el propio José Pekermán en su etapa de seleccionador se desplazó a Madrid para tomar un café con el chico y tomarle el pulso. La Federación Española, evidentemente, intentó barrer para casa, aprovechando que la abuela materna de Trecarichi era oriunda de Vigo. Se le ofreció jugar con la sub 17, pero al chaval le tiraron los colores de su país y decidió esperar la llamada albiceleste que como no podía ser de otro modo acabó llegando.

Por su estilo, en su país comparan al joven Lucas con Messi. Luce el mismo desparpajo y calidad que su compatriota del Barça. Y las comparaciones, en muchas ocasiones, dan fruto a hechos cuariosos. Porque en su debut con la sub 17, Messi jugó 17 minutos y marcó un gol. Lo mismo hizo Trecarichi. Su exquisita pierna izquierda y su velocidad endiablada le han puesto en el ojo del huracán, levantando muchísima expectación en u país, donde ya se frotan las manos.

Finalmente ha sido el Sevilla el que se lo ha acabado llevando. Seguramente, los muchos canteranos que están promocionándose en Nervión en los últimos años habrá sido uno de los motivos que le hayan motivado a recalar en la capital andaluza. El Leganés se ha llevado un buen pellizco y ha visto marchar a su mayor descubrimiento, consciente de que su talento era demasiado como para seguir un año más allí.

El año que viene Lucas por fin competirá en categoría profesional, en un bonito reto junto a jugadores de gran talento como Capel o Alfaro. Y sobre todo, bonito porque allí coincidirá con el padre futbolístico de todo lo bueno que sale del Sánchez Pizjuán, Manolo Jiménez, ex jugador sevillista, que con sus métodos extremamente duros y disciplinados ha convertido un montón de niños como Lucas en futbolistas hechos y derechos. Por lo pronto, en el día de su presentación fueron muchísimos los periodistas que intentaron conseguir una entrevista. La nube está ahí, esperemos que mantenga los pies en el suelo, algo bastante probable con Jiménez a su lado.
 

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24 de julio de 2007, 4:32

Ustedes es que no paran eh!!!

Desde luego vaya equipo que tiene Monchi trabajando sin cesar.Me parece una gestión absolutamente admirable y un paso adelante en la evolución del futbol.


Solo puedo decir una cosa por ellos:Olé

Intentaré recordar ese nombre,con apellido italiano,la mitad de mi sangre y nacionalidad.

Saluti amico sevillista.


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